Abrir la mente y pensar en el sistema educativo solo como un medio para encontrar un trabajo en el futuro, es decir, para ser empleable, reduce al mínimo la amplitud de miras del discurso, lo califica de inepto y estrecho dejando de lado el concepto de vida en libertad y llena de oportunidades.
Una personal educada de forma integral basándose en las artes, en las ciencias en lo social también lo espiritual, todas las materias contempladas por igual, sin discriminación de unas sobre otras, siempre será más libre (entendida la libertad con la capacidad de elección) más capaz y más preparada para vivir: amar, amarse, conocer, conocerse, disfrutar, servir al los demás, desarrollarse profesionalmente, queriendo que su labor sirva para mejorar o ayudar al conjunto de la sociedad.
Borremos pues las muletillas: «plástica, música, gimnasia eso para que sirve, hijo/a estudia matemáticas y déjate de la historia.»
Abramos pues, la mente pues y la mira.
La opinacoteca 