Radical libre soy, cuando veo el panorama social del mundo, cuando veo que la sociedad de clases sigue vigente, en la cual, solo muy pocos (nobles de la época) hacen y deshacen a sus anchas amparados por una leyes, hechas por ellos y para ellos.
Radical libre soy, cuando sale el gran presidente del BBVA desde la gran cumbre de DAVOS diciendo, pequeños hombrecillos de a pie, dejaos de utopías y volved al redil, queremos algo estable, que vuelva todo al status quo. Mientras yo
me lleno de poder y dinero, vosotros hacéis que la maquina funcione.
Radical libre soy, cuando veo a los refugiados en las puertas de Europa, muriendo y siendo no acogidos como deberían, por guerras provocadas por el control de recursos, por la avaricia y por borracheras de poder de desdichados seres no humanos (europeos eso sí).
Radical libre me vuelvo, ya en lo cercano, cuando veo que en mi país gobiernan los mismos, con el mismo pensamiento, atados por la maquinaria capitalista liberal de reyes y nobles bursátiles, que lejos de pisar la Tierra viven en realidades distintas sin empatía por desconocimiento y lejanía.
Radical libre mas y más siempre seré, hasta que un atisbo de justicia vea y desde luego, es momento de ser justos y expropiar a aquellos que creyeron suyo el mundo y lo que en él hay. La propiedad privada de los recursos es injusta, desde minuto cero y no hay argumento que me diga lo contrario, «al mundo venimos sin nada y de él nos vamos con lo mismo, intentar vivir desde esta lógica será pues la forma más coherente de hacerlo.»
Si algunos me mostraron ser “Radicales libres”, a esos me confiaré, hasta que no me demuestren lo contrario. Desde luego identificados tengo a los que no lo son.