Cada persona tiene que tomar parte de lo que le rodea, tiene que ser agente activo y participativo, desde el lugar donde vive, hasta la profesión que tiene. Ha de perseguir fines que transformen su entorno, la realidad y así poder construir entre todos/as un lugar mejor.
En un sistema educativo que pretende que la escuela tenga como principal objetivo crear los trabajadores del futuro (personas eficientes y eficaces que puedan formar parte de la gran maquinaria productiva existente, especializadas hasta lo atómico), coexisten y sobreviven profesionales con otra visión.
Una escuela de la que salgan personas principalmente felices, libres, con capacidad de elección, pensamiento crítico, comprometidas con lo que les rodea… Y por supuesto con saberes y competencias de las diferentes ramas de conocimiento.
Si obviáramos este párrafo, el Ser Humano se convertiría solo en Ser.
Lugares y personas que inspiran,
momentos de construcción
pensamientos comunitarios
que aires avecinan de grandes cambios.
Mundos paralelos y enfrentados,
que muchas batallas tienen,
con realidades muy desiguales,
que no escuchan ni lo pretenden.
Entre ceja y cejas pareceres distintos,
sin esperanza alguna de encontrar mismos destinos,
discurren por caminos de planetas variopintos.
Intereses buenos y malos
en su detección estará la transformación
dar el siguiente paso, pasar a la acción,
con personas que suman y gente que resta
tomar asiento y ver, peor solución
que levantarse y hacer.