Nubes oscuras nacionalistas tapan las verdaderas catástrofes y dramas que asolan nuestro planeta, innumerables casos de pobreza, injusticia, analfabetismo, desempleo, enfermedad, muertes innecesarias. En definitiva, ausencia de cumplimiento de los derechos humanos, que dejan de ser el foco y el fin al que dirigirse, a cambio de los intereses de poder y riqueza de unos pocos que enarbolan banderas que separan, patrias estúpidas e ignorantes, que establecen diferencias entre quien no las tiene. Interés privado territorial.
Estos carteles que nos muestra la plataforma POBREZA CERO, nos dejan boquiabiertos, incapaces de reaccionar por tan inabarcables que se postulan y por lo insignificantes que nos hacen parecer.
Ésta una cuestión ética y moral, no puede estar fuera de nuestro ser ni de nuestra relación vital-social. Perspectiva de mirar, de entender el todo como uno, el uno como el propio. Empatía cercana que hace sentirte parte de los demás , de la gente que tienes alrededor, que quieres y que la sientes como a ti. Un Ser humano que respira que necesita lo mismo, que te hace desechar la paja del grano, de lo realmente importante. Felicidad, bienestar de cualquiera. Que te hace señalar al culpable y que te despoja de las mentiras muchas veces dichas y que circulan sin control, sin licencia ni freno.
Pensar y no callar, no achicarse ante las falacias y sandeces que desangran el mundo y que se debe cambiar con el movimiento, con el grito y con la lucha desde lo más profundo de las convicciones y la verdad.
Las personas sean de donde vengan, son de donde están y serán de donde irán, con patria y bandera única, seres no usables ni desechables.
Imposibles alcanzables, tareas por empezar.