2018

Por poner el foco en un punto y para comenzar el primer artículo de año, no me preguntéis el por qué, si por lo mediático, lo poderoso, lo esclarecedor y sintomático, comenzaré comentando el libro del TRUMPoso. Un libro en el que se le describe como semi-analfabeto. Más allá de la veracidad de los detalles, a groso modo, muchos no ponemos en duda, que el hombre que gobierna la todavía primera potencia económica mundial, sea «idiota», que tenga que repetir las ideas tres veces porque no las entiende, que no tenga conocimientos históricos, que no sea diplomático, que no le guste leer, ni sea una persona sabia, ni social, ni empatía ni….

¿Así hemos llegado a 2018?, ¿en la era de los Derechos Humanos?

Vamos camino del desastre, y encima no es lejano. Mientras, cada país se preocupa por lo suyo…

Alemania con su tripartito inoperante para que no gobierne la ultraderecha; Gran Bretaña cerrando filas y saliendo de una frustrada idea llamada Europa; Austriacos gobernados por un partido de ultraderecha homófobo y racista; Españoles inmersos en una lucha de intereses con banderas y patrias generando cortinas de humo, que esconden los » tres por cientos» de políticos, empresarios y partidos corruptos para mantenerse en el poder; Saudíes, promocionando y subvencionando el wahabismo (corriente del islam mas radical) con sus distintos grupo terroristas, destrozando al pueblo yemení y derecho humano que se precie; Sudamericanos oprimidos, mitad nacionalistas y mitad imperialistas entre la derecha más radical y la izquierda perdida,  desaclimatada en un biótopo capitalista, en el que no puede respirar y por tanto vivir. Son una especie invasora en el mundo de la economía de mercado (todovale).

Al borde de la destrucción, los seres humanos, nos destruimos para volver a construirnos, como si fuera el equilibrio natural de la especie. Aprendizaje y desaprendizaje. Olvido continuo de los errores, que no pasan más de dos generaciones y que la tercera se cree superior e inmortal, sin querer oír cuentos pasados.

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Con este panorama los intereses plutónicos, marcianos, saturninos o Venusianos quizás nos vendría mejor. Parece ser que los nuestros, los Terrícolas solo pensamos en la unidad y no en el conjunto solo pensamos en el interés propio. Bien nos vendría una cura de humildad de forma extraterrestre. Como solución estrambótica, me parece casi más plausible que cualquier otra dirigida por los líderes actuales, carentes de poder y sensibilidad.

 

 

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