La importancia de la Agenda 2030 en el temario de las escuelas.
Un mundo sin pobreza, sin desigualdad de genero, con derechos humanos garantizados, donde se respete la naturaleza, se viva de forma sostenible, que promueva las alianzas entre las distintas culturas, que este en búsqueda de la justicia social…. y así hasta 17 los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS). ¿a qué suenan bien? ¿quién no querría este mundo así?, ¿cuál es el coste?, ¿quién sale perdiendo si se logra?… Son preguntas que cualquier chaval/a de 4º ESO debería preguntarse al salir de la escuela obligatoria, y comenzar de forma crítica su andadura hacia el exterior.
LA REALIDAD ES QUE CASI NUNCA ES ASÍ.
Sería pues necesario dar competencias distintas a los estudiantes que les sirvan para cambiar individualmente, su forma de relacionarse, de gastar, de comer, de trabaja, de vivir… para ser mas felices promoviendo una «armonía social distinta» y así poder transformarse en una sociedad mucho más justa con mecanismos generadores de oportunidades que alcancen el bienestar para todos/as.
¿Qué eso de la agenda 2030 y los ODS?
En septiembre de 2015, más de 150 jefes de Estado y de Gobierno se reunieron en la histórica Cumbre del Desarrollo Sostenible en la que aprobaron la Agenda 2030. Esta Agenda contiene 17 objetivos de aplicación universal que, desde el 1 de enero de 2016, rigen los esfuerzos de los países para lograr un mundo sostenible en el año 2030.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son herederos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y buscan ampliar los éxitos alcanzados con ellos, así como lograr aquellas metas que no fueron conseguidas.
Estos nuevos objetivos presentan la singularidad de instar a todos los países, ya sean ricos, pobres o de ingresos medianos, a adoptar medidas para promover la prosperidad al tiempo que protegen el planeta. Reconocen que las iniciativas para acabar con la pobreza deben ir de la mano de estrategias que favorezcan el crecimiento económico y aborden una serie de necesidades sociales, entre las que cabe señalar la educación, la salud, la protección social y las oportunidades de empleo, a la vez que luchan contra el cambio climático y promueven la protección del medio ambiente.
A pesar de que los ODS no son jurídicamente obligatorios, se espera que los gobiernos los adopten como propios y establezcan marcos nacionales para su logro. Los países tienen la responsabilidad primordial del seguimiento y examen de los progresos conseguidos en el cumplimiento de los objetivos, para lo cual es necesario recopilar datos fiables, accesibles y oportunos. Las actividades regionales de seguimiento y examen se basarán en análisis llevados a cabo a nivel nacional y contribuirán al seguimiento y examen a nivel mundial.
En muchas charlas, seminarios, conferencias cuando gobernantes o personas que trabajan en gabinetes de confianza cercanos al poder, hablan de los ODS, de la AGENDA 2030, dicen que llegará un momento que habrá que enfrentarse al STATUS QUO. Muchas veces lo nombran porque obviarlo les dejaría en mal lugar, pero pasan de carrerilla sin profundizar o reflexionar en el cómo enfrentarse. Para romper el stablishment son necesarios los perjudicados, las personas que tendrían que repartir su parte del pastel porque es mucho mas grande de lo que pueden comer y además no para de crecer…
Si queremos que las escuelas muestren esta visión de los poderes y de las injusticias que provocan a través del análisis de los ODS, realmente sacaremos los colores a más de uno/a, pero la pregunta es clara, ¿se van a dejar ganar sin oposición alguna? ¿por que los ODS no están dentro del curriculum?, ¿dirían que son doctrina?.
En la educación formal existen dos fuerzas claras en cuanto al sentido que tiene la misma, por un lado la pedagogía del mercado que busca y pide personas con competencias profesionales dirigidas a la empleabilidad, es decir útiles para su sistema productivo. Esta mirada es sin duda la que va ganando la carrera e influyen en el curriculum sobremanera. Por otro lado, existe otra opción, otra manera de entender el sentido de la educación obligatoria, son algunas entidades/centros/profesores que promueven y presionan para que las competencias para la vida estén más presentes en el curriculum. Normalmente se sitúan de forma transversal y suelen calificarse poco o nada. Están relegadas a espacios de educación no formal, en las que pierden afluencia e influencia. Obviamente las dos son necesarias y no excluyentes pero entonces, ¿por qué una de ellas esta fuera?
Desde mi punto de vista, si pretendemos conseguir los Objetivo de Desarrollo Sostenibles(ODS) deberíamos incluirlos en el curriculum para que se sepan, se experimenten, se practiquen y se reivindiquen a lo largo las etapas obligatorias escolares. Son muchas las actividades, herramientas educativas, metodologías que se pueden implementar para integrarlos, tareas que lleven al estudio, a la reflexión y a la acción.
Si la ciudadanía es la que tiene que cambiar, el lugar donde se educa lo debe de hacer también, es una medida fundamental, igual que se estudian los ecosistemas, álgebra, la distintas producciones literarias… será imprescindible saber qué necesitamos los seres humanos para vivir en el planeta de una forma sostenible y justa, cuan de importante es cada individuo, que posee un papel fundamental para caminar hacia un horizonte prospero donde estén garantizados los DD.HH y la justicia social.