Profes del insta

Desde ya hace unos años y desde que Instagram es el «trending topic» de las redes, muchas cuentas se han abierto con un «late motive» educativo; @maestraenclase»; @materialesinfantil»; @ideasparamaestros; @LaSrtaLunita… como en todo hay unas cuentas con más gusto, otras con menos, unas con fotos mejores, peores, materiales interesantes… estando hablando solo de las cuentas que no tienen fines de aprendizaje sino que son mero transmisor de la práctica. De esta realidad surgen preguntas que pueden cuestionar su idoneidad.

¿Cuál es la finalidad?

En muchos de los casos el objetivo puede ser el lógico o «buenista», compartir materiales, recursos, ideas entre colegas de la profesión. Mira qué se me ha ocurrido y cómo lo hago yo… En si, puede ser una forma de captar ideas y mejorar la práctica educativa. Por otro lado, finalidades más oscuras pueden estar en lo egocéntrico/individualista, las cuentas más «profesionales» pueden tener como propósito el marketing de ciertas marcas, otras en la necesidad de darse importancia y demostrar que se hace en mi aula y lo mucho que me lo curro, sea verdad o no…

Se puede caer pues en la mera imagen y no en el fondo. Me explico. Se dispone todo para que parezca con unos materiales atractivos que se muestran, pero luego no se aprovechan o no sirven. Puede darse el caso, de haber imágenes de acciones educativas que parecen buenas, donde se esta dando el aprendizaje pero que son un puro caos o inútiles en movimiento.

Con esto se extrae, obvio, que existen peligros y que puede haber mucha mentira. Se puede entrar en una campo competitivo superficial de profesionales que les lleva a la perdida de los verdaderos fines del magisterio, que es educar y a la perdida del horizonte protagónico que son los alumnos/as.

¿Cuándo se hacen?, ¿Implica pérdida de energía y acción en el aula? ¿Qué les estamos enseñando a nuestros alumnos?

Otra de las cuestiones importantes a analizar es qué fuerza perdemos en momentos de clase para realizar estas fotos, es decir, si realmente se ocupa tiempo en realizarlas durante la práctica educativa. ¿Paramos para hacerlas?, se pasa por los grupos cooperativos en lugar de acompañando, aconsejando, evaluando realizando fotos con los mejores planos, luz, gestos para poder enseñarlas. Esta claro que si el sentido común predominara en el instagramer, la respuesta es no, pero hasta que punto se es dueño del manejo de las redes sociales… Si hoy es complicado no mirar el móvil cada 5 minutos, es posible que un profe/a se enganche a hacer fotos en clase y descuide otras tareas.

La segunda pregunta de este apartado es; qué les estamos trasmitiendo a los estudiantes, puesto que ellos/as ven lo que estamos haciendo… ¿saben realmente el propósito de las fotos?, ¿les sirve para algo a ellos? Por tanto, si dijéramos que a ellos no les sirve, ¿es oportuno hacerlas?. «Sin querer» se les está educando en compartir a tiempo real por las redes sociales cada momento.

¿Derechos de los niños/as?, ¿Derechos de los centros?

Entramos ahora en » si difumino/tapo su cara, puedo subirlas». Es un tema de calado profundo, todas las familias pueden no estar de acuerdo con que se suba las manos de su hijo/a. Son sus manos, es su espalda, están una clase determinada, en un cole. Fácil de reconocer. La regulación de protección, habla de si se le reconoce o no al niño/a en cuestión, solo si sale su cara pero no solo se reconoce a una persona por su cara…

En cuanto a los centros educativos y su implicación en este asunto, es necesario que sean conscientes de si su profesorado tiene o no estas cuentas y si autoriza a que en las aulas se hagan fotos y se suban desde cuentas particulares. En la mayoría de los casos pasan desapercibidas y no se toman medidas por falta de normativa interna.

Por último, diferenciar este tipo de cuentas con las institucionales de colegio/institutos, que si pueden tener otro tipo de fines. La cuentas de los centros suelen estar protegidas, autorizadas por la comunidad educativa y son un caso distinto, que esta relacionado con el debate, pero no objeto principal de esta reflexión.

Como conclusión, se puede entender que hay buenos propósitos por parte de muchos profesores/as que abren estas cuentas, que tienen ilusión por compartir sus prácticas, normalmente persiguiendo un cambio de metodología o incluso de paradigma educativo. Pero en el cómo se hace y en el control de la misma herramienta hay que fijarse y preguntarse.

Sobretodo habrá que poner en el centro al alumnado, si se beneficia en algo, les enseña, les perjudica o es inocuo. Tenerlo presente.

Sobretodo habrá que regularlo si es que es necesario.

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