No es que vaya a hablar de fantasmas, ni de cine, aunque es cierto, que es algo de película.

Desde ya hace algun tiempo, un fenomeno nacido en este siglo, esta dando que hablar y repensar en los centros educativos, cómo integrarlo, redirigirlo o contraindicarlo, en aras del buen aprendizaje de su alumnado. El CHAT de Familias. El mundo de Los Otros, en el que muy pocas veces se asumen, por sus consumidores, el error y el mal uso.
De este espacio salen las peores decisiones, tomadas por padres y madres que creen estar realizando lo mejor para sus hijos/as. Y es que intervenir en sus responsabilidades, a priori puede parecerles una ayuda, sacándole del apuro inmediato, pero nada más lejos de la realidad, lo que estas es quitándole su derecho a equivocarse a perder de vez en cuando. Evitarle una situación creada para él o ella, para que aprenda y adquiera cualesquiera de las competencias.
Algo que todo el mundo entiende y que es evidente, no lo es tanto en la práctica para much@s y es aquí cuando se muestran las vergüenzas en público… «Me ha dicho mi hijo que mañana tenemos examen de Mates…¿alguién sabe qué entra?»
Estas palabras probablemente nunca serán reconocidas, siempre será cosa de OTROS… del mismo modo que el trafico de apuntes y fotos del libro, sin permitir aprender de las consecuencias del olvido.
Son lugares donde se tiende a los lios, se pueden generar discusiones entre familias por el uso y envio inadecuado, malentendidos con el tutor/a por el, que me han dicho, que le han dicho…
Podriamos pensar en aprovecharlo y hacer un buen uso, tendría su sentido, como por ejemplo, preparar alguna participación en el aula, coordinarse para una salida conjunta, ser un medio de comunicacion con el centro… pero en realidad tampoco. Ni incluso con normas para evitar desastres…

Los centros tienen sus canales de comunicacion con las familias y whatsapp es un lugar no seguro, y no debería ser uno de ellos, (siempre puede haber casos particulares, donde sea el único medio para tener contacto y más vale eso que nada…)
Los OTROS salen nombrándose en las reuniones con el tutor/a y es donde se descubren, quedando a veces en una situación de apuro, es como «tengo un primo que una vez….» todo el mundo sabe que no hay primo.
Para terminar diré que, en mi caso, como padre escaparé siempre de este grupo de sombras, que sirve para bien poco y que como tutor, seguiré aconsejando a padres y madres que abandonen y abandonen, el lado oscuro.